Desde el hueco de su lado
DESDE EL HUECO DE SU LADO
Desde el hueco de su lado
y roto mi corazón,
entre escritos arrugados
me dispuse a rebuscar
versos de mi desaliento
cartas de los viejos tiempos
y así comencé a llorar.
Prima lágrima estalló
sobre la palabra “Invierno”,
agua y sal fue la señal
que a destiempo fue a avisar
de un evidente silencio.
La segunda resbaló
hasta su firma estampada,
deshaciendo entre sus aguas
sentimientos y palabras,
ocasos y madrugadas.
Desde el hueco de su lado
y roto mi corazón,
entre escritos arrugados
me dispuse a rebuscar
versos de mi desaliento
cartas de los viejos tiempos
y así me escondí a llorar
La tercera se quedó
suspendida en el vacío,
buscando en algún rincón
aquel recuerdo perdido,
aquel beso, aquel amigo.
Desde el hueco de su lado
roto ya mi corazón
nada queda del pasado
todo se desvaneció;
se llevó consigo el tiempo,
se llevo consigo un templo
que el Invierno derribó.
Desde el hueco de su lado
el frío me estremeció,
que acaso fue un espejismo,
o, acaso, ni sucedió;
que todas sus viejas cartas,
que todas mis noches largas
han sido imaginación.
Desde el hueco de su lado
y roto mi corazón,
entre escritos arrugados
me dispuse a rebuscar
versos de mi desaliento
cartas de los viejos tiempos
y así comencé a llorar.
Prima lágrima estalló
sobre la palabra “Invierno”,
agua y sal fue la señal
que a destiempo fue a avisar
de un evidente silencio.
La segunda resbaló
hasta su firma estampada,
deshaciendo entre sus aguas
sentimientos y palabras,
ocasos y madrugadas.
Desde el hueco de su lado
y roto mi corazón,
entre escritos arrugados
me dispuse a rebuscar
versos de mi desaliento
cartas de los viejos tiempos
y así me escondí a llorar
La tercera se quedó
suspendida en el vacío,
buscando en algún rincón
aquel recuerdo perdido,
aquel beso, aquel amigo.
Desde el hueco de su lado
roto ya mi corazón
nada queda del pasado
todo se desvaneció;
se llevó consigo el tiempo,
se llevo consigo un templo
que el Invierno derribó.
Desde el hueco de su lado
el frío me estremeció,
que acaso fue un espejismo,
o, acaso, ni sucedió;
que todas sus viejas cartas,
que todas mis noches largas
han sido imaginación.
Comentarios